Los Aceros Inoxidables para Alimentos y los Imanes.

Los Aceros Inoxidables para Alimentos y los Imanes

Los aceros inoxidables y los alimentos han sido aliados desde hace unos 100 años. En ese tiempo se introdujeron distintas aleaciones de aceros al cromo y níquel a los procesos sanitarios, aprovechando su inercia química y la facilidad con que se logran limpiar e higienizar. El acero inoxidable más utilizado en la industria de alimentos es sin duda el AISI 304, también conocido como 18-8, aduciendo a sus porcentajes de cromo y níquel respectivamente. Es altamente resistente a los muchos factores corrosivos de estas industrias, resistiendo muy bien las temperaturas de trabajo. No es atraído por los imanes. Este acero tiene una muy buena resistencia química, solamente es susceptible a corrosión por concentraciones altas de iones cloruro y la presencia de sulfuros. Cuando se requiere mayor tolerancia a los cloruros, se prefiere el acero inoxidable AISI 316, que es similar, pero contiene una pequeña cantidad de molibdeno, con lo que mejora su resistencia a este anión.

He podido enterarme que en algunos círculos de inspectores prevalece la idea de que el acero inoxidable es paramagnético y por lo tanto no debe ser atraído por un imán. Si lo hace, es porque se trata de u fraude. Esta idea es totalmente errónea.

Los aceros inoxidables austeníticos (304, 316), en los cuales los átomos de carbono se alojan entre los huecos de una estructura cristalina de caras centradas, ciertamente no son atraídos por imanes. Salvo en las orillas de los pliegos o bobinas, donde la lámina ha si sometida a cortes o cizallados. Las deformaciones mecánicas pueden darles características magnéticas a los aceros austeníticos. 

Los aceros inoxidables que sí presentan características magnéticas son los martensíticos y los ferríticos.  Los aceros martensíticos son de mayor dureza y se utilizan para instrumentos de corte que deben ser templados y afilados, así como para elementos de sujeción como pernos y ejes. Ejemplos de estos aceros inoxidables son los grados 410, 416 y 420. Éstos sí son atraídos por los imanes. Inclusive, existen soporte imantados para cuchillería. Estos aceros no se usan para construir tanques, marmitas o revestimientos, porque no son adecuados para soldadura, por templarse y agrietarse más fácilmente.

Pero en los últimos años ha ganado popularidad un tipo de acero inoxidable fabricado sin níquel, conocido como 443. Se le encuentra en muchos equipos procedentes de China, Japón y otros países del lejano oriente. Es muy resistente a la corrosión, pero no es tan duradero como el clásico 304. Por ser ferrítico, sí es atraído por los imanes.

Además de éste, se utiliza el acero 220 para fabricar algunas parrillas, campanas de extracción, fregaderos lavaplatos y otros elementos de cocina. Este acero inoxidable lleva cromo y manganeso, pero no níquel. Es austenítico, no atraído por imanes, pero de costo inferior al 304 y menos resistente a la corrosión que el 304.

Resumiendo:

En conclusión, el imán no es buen ayudante para identificar aceros inoxidables. Consejo para auditores: si hay duda o señales de uso de material inadecuado, pida ver las especificaciones del equipo o del material y constate su idoneidad. No se guíe por imanes.

Ing. Carl Robert Meier

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